Desde la ápoca del SCIPA en la década de 1950, no hemos cambiado de modelo agroeconómico, seguimos ejecutando, sobre todo en la sierra proyectos teóricos endebles, en los que se ponderan el uso de maquinaria agrícola, insumos y reproductores de calidad, buscando altos niveles de producción y productividad, de una agricultura de subsistencia, basada en la presencia de lluvias, como si el Perú estuviese en la época sedentaria. Ningún modelo agroforestal podrá mejorar el nivel tecnológico de la agricultura serrana, si no tiene una base de una infraestructura agraria sólida, basad en la disponibilidad permanente de agua de riego.
Recuerdo aún la sobreproducción de papa en 1980, por la cual más de 30,000TM., no tuvieron mercado, razón por la cual muchas SAIS de la costa y sierra irremediablemente fracasaron. No es posible exigir mayor producción y productividad en la sierra, por cuanto en la etapa de comercialización, los productos no tienen precios unitarios que permitan ganancias razonables para los agricultores; falla siempre la planificación hecha en los escritorios de los funcionarios de Lima.
En la sierra la agricultura no podrá desarrollarse sostenidamente, mientras no haya entre otros; agua de riego permanente, almacenes, buenas carreteras; en esta zona natural hay alrededor de un millón de hectáreas que pueden entrar de inmediato a una alta producción, sin esperar desalinizar ni incorporar materia orgánica a la capa arable, tal como se tiene que hacer en las irrigaciones de la costa; la gran diversidad de microclimas que existe desde las cotas 2000 a 400msnm, permite una explotación intensiva de tierras con miras no solo a satisfacer la demanda interna de alimentos, sino para colocar las cosechas en mercados internacionales, con grandes ventajas económicas que ello posibilita; pero esta etapa solo será posible cuando los suelos de vocación agrícola de la sierra, de buena fertilidad natural, cuenten con agua de riego permanente; porque los factores climáticos, sanitarios y otros que inciden en los cultivos pueden manejarse exitosamente técnicamente; pero para emprender una agricultura intensiva de exportación, lo primero que tenemos que disponer es el agua de riego, los demás factores como reitero son solucionables.
En Ancash poseemos agua suficiente para irrigar más del doble del potencial agropecuario de 500,000Has. que poseemos, pero falta agua, tenemos que ejecutar obras de infraestructura de riego de todo tamaño y luego aplicar modernos sistemas de riego tecnificado; de esta manera en un mediano plazo podemos producir cientos de miles de toneladas de cosechas y crianzas de alta calidad para exportación. Por lo pronto el suscrito posee dos proyecto de irrigación viables para Ancash y dotar de agua de riego permanente a 66,000.00 Has.; son proyectos de rápida ejecución; le invitamos al Sr. Ministro de Agricultura para exponerle o que nos cite a su despacho.
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