En la década de 1940 (hace 70 años), las benditas lluvias en la sierra de Ancash aparecían en el mes de Agosto (la puspa); en noviembre las colinas de Huaraz ya estaban vestidas de elegante y lozano verdor; la última vez que llovió todos los días de octubre fue en el año de 1980, en los posteriores años el cambio climático de presencia de sequías y lluvias irregulares se acentuaron cada vez.
El finado y querido locutor-periodista huaracino Rolando Soto, al ver la ausencia de lluvias dijo alguna vez: “No llueve, ya estamos en Enero, nadie siembra, y las autoridades bien gracias”; al escuchar esta frases muchos se rieron, por considerarlo pueril, sin embargo; él tenía razón; porque nuestras autoridades ancashinas del sector agrícola, nunca se preocuparon en ejecutar obras de irrigación, que permita una agricultura tecnificada y segura bajo riego, y aunque la sequía es un efecto climático que ocurre en todas las latitudes; la agricultura en países desarrollados no se detiene por falta de lluvias, porque sus autoridades han previsto la disponibilidad de agua de riego permanente para sus cultivos con obras de infraestructura de riego. Ancash, según estudios de hidrología posee suficiente agua para irrigar el doble de su área agropecuario potencial.
Han pasado varias décadas de este hecho y desde Setiembre, seguimos mirando el cielo todos los días, para ver si hay neblina que anuncie la presencia de lluvias, es decir, al ministerio de agricultura no le preocupa ejecutar proyectos de riego para Ancash - zona sierra, en la que actualmente no hay una sola irrigación de importancia.
El suscrito presentó ante la gobernación de Waldo Ríos el proyecto: “Irrigación Cordillera Negra I”, cuya meta es dotar de agua de riego permanente a 6,000.00 Has. de tierras en secano; este proyecto ha sido aprobado por la Dirección Agraria de Ancash y todas las gerencias del gobierno regional, con recomendación de otorgarle prioridad de atención, sin embargo, el mencionado gobernador que hoy está recluido no le ha dado la importancia que merece, y lo pospuso por obritas pequeñas sin importancia. ¿Y ahora, quien nos salvará de la sequía?
Créditos imagen: larepublica.pe
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