Los peruanos nos hemos jactado y seguimos jactándonos de las grandes riquezas que hay en nuestro suelo patrio, de nuestra cultura precolombina; época en la cual, en cinco centurias del incanato, jamás hubo desnutrición ni hambruna, por cuanto sus gobernantes Incas fueron grandes estadistas, impulsores de grandes obras y honestos; nunca importaron alimento alguno de otras culturas, porque bubo y hay aún una gran biodiversidad genética de sus plantas alimenticias y medicinales, con grandes poderes nutritivos y medicinales.
El orgullo de ser peruano, más que nada lo hemos aprendido por sus hermosos paisajes, paradisíacas campiñas, así como los bellos y contrastantes panoramas de la costa sierra y selva, depositarias de grandes reservas de todo orden para las generaciones venideras.
Pocas obras se han escrito acerca de la gran riqueza que guardan nuestros ecosistemas, en las que aún perviven plantas de todos los géneros y familias, de alto poder nutritivas y animales de inestimable valor. Las palabras del estudioso italiano Antonio Raimondi: “El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”, mantiene su vigencia, porque en los 191 años de república no estamos desarrollados en nada, seguimos pobres, con una gran población desnutrida y en extrema pobreza. Desde los colegios nos enseñaron asignaturas para cultura general, pero nunca acerca de las potencialidades que tiene nuestro país, sobre todo en recursos alimenticios; hoy mismo; estoy seguro que casi nadie sabe que el Perú cuenta con 4,000 variedades de papas nativas de alta calidad alimenticia, que con solo explotar racionalmente 20 de ellas podemos constituirnos en un país exportador de alimentos, sin desnutridos ni pobres; esta no es una afirmación lírica sino de un agrónomo conocedor del Perú profundo.
En la república hemos sido gobernados por cerca de 100 presidentes; y ninguno otorgó importancia debida a una alimentación de calidad al pueblo peruano, más bien permitieron la depredación de nuestro rico ecosistema; decenas de comisiones técnicas procedentes de otros países se llevaron miles de variedades de nuestras papas nativas y tubérculos menores, maíz, quinua, kiwicha, chocho, frutales, nuestras llamas, alpacas, vicuñas y hoy nos venden procesados a precio altos, tal como está ocurriendo con el LACÓN O YACÓN, Nadie controla ni fiscaliza la salida de nuestros productos autóctonos, que otros Estados soberanos lo cuidan, protegen y con severidad no permiten sacar de sus fronteras productos nativos de esos pueblos. Nuestros presidentes sin visión al futuro han permitido la degradación de nuestros recursos naturales, abriendo de par en par las aduanas e incrementando los contrabandos.
¿Algún peruano conoce la gran diversidad de maíces que tenemos; en Estado Unidos de Norte América lo explotan como los choclos enlatados de maíces enanos, muy ricos, y el Pop corn; ¿algún congresista ha pedido explicación al ministro de agricultura, del ¿porque aparecen nuestras plantas industrializadas en otros países y porque en el Perú no lo hacemos?, ¿qué entidad controla la salida de nuestros productos nativos, que hoy mismo salen de nuestras fronteras sin autorización alguna? Y, ¿por qué no aplicamos el CANON GENÉTICO y cobrar un porcentaje del precio de venta de productos elaborados en base a plantas o animales nativos del Perú?
Todo esto está pasando en nuestra patria, que el ministro de agricultura debe saber. ¿Por qué el Perú tiene que comprar (importar) anualmente un millón y medio de toneladas de trigo del exterior, si el pan corriente no tiene mucho poder alimenticio, y podemos reemplazarlo con nuestros productos nativos con alta capacidad nutritiva y al mismo precio actual? Si tuviéramos un presidente y un ministro de agricultura verdaderamente nacionalistas, no permitirían estos hechos que nos avergüenza; protegerían nuestras plantas y animales nativos, y podemos incluso ser un país autárquico en alimentos, no necesitaríamos importar ni un solo gramo de alimentos para mantener bien alimentada una población superior a 50 millones de habitantes.
Son mis reflexiones como agrónomo que soy y haber aprendido los secretos de nuestras plantas nativas y sus potencialidades alimenticias en la gran universidad de la experiencia, durante cuatro décadas de mi ejercicio profesional. Y sigo con mis investigaciones, energías aun lo tengo, espero que el presiente PPK, el ministro de agricultura o el Congreso nacional me permitan exponerle mis proyectos de desarrollo ya viables.
Ing. Mariano G. Flores Guerrero
CIP 7953
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